Es posible que la próxima revolución en la detección de
cáncer de mama venga de México, de la mano de un científico y emprendedor de apenas 18
años.
Julián Ríos Cantú inventó EVA, un sostén con biosensores que
detecta los cambios de temperatura en los senos y alerta de un posible cáncer.
El sostén está en fase de pruebas y Ríos y el equipo de su
compañía, Higia, intentan sacarlo a la venta a principios de 2019, a un costo aproximado de USD$120.
Julián Ríos explicó el por qué se tomó la batalla contra el cáncer de
mama de forma tan personal:
"Mi madre tuvo cáncer de mama en dos ocasiones. En la
segunda vez, la mamografía no detectó un tumor en fase 3 y le tuvieron que
hacer una doble mastectomía.
Me di cuenta que los métodos de detección eran muy
falibles y me dediqué a buscar otra solución",
En México, según los datos oficiales, el cáncer de mama
representa el 19,4% de todos los casos, con una mortalidad de 14,6 por cada
100.000 habitantes. La mayoría de los casos se detectan en etapas avanzadas.
EVA, el sostén que inventó, está diseñado para usarse una
hora a la semana y no es un reemplazo a los estudios clínicos, sino que es
"una profesionalización de la autoexploración"
Explica que la percepción que las personas tienen de su
cuerpo es muy subjetiva. "Esta tecnología es objetiva, ya que con los
sensores se detectan datos precisos, en este caso la temperatura", comentaba
el científico.
Dice que al investigar sobre el cáncer en estudios
científicos, supieron que los procesos inflamatorios aumentan la temperatura de
los senos.
"Así que entrenamos a nuestros dispositivos con
inteligencia artificial para detectar estos cambios y alertar que hay algún
peligro", explica el joven originario de Monterrey, Nuevo León, en el
norte de México.
De acuerdo a sus pruebas y con una base de datos de unas
1.500 personas, EVA ha logrado detectar 89% de casos, a comparación del
ultrasonido, con un 63%, dice.
EVA estará disponible en venta directa a las usuarias para
que monitoreen sus resultados en sus teléfonos celulares.
Además, Higia ha
firmado convenios con instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro
Social para que los usen en sus revisiones.
"Detectar el cáncer en etapas tempranas es vital para
su rápido tratamiento y que se salven más mujeres" , comento el joven .
Julián Ríos Cantú trabaja con su equipo en una lujosa
oficina que les fue prestada como parte del Premio Nacional Estudiante
Emprendedor, organizado por Entrepreneur's Organization.
El gran salto para que su proyecto se convirtiera en una
realidad fue cuando ganaron el concurso a nivel global en Alemania, el Global
Student Entrepreneur Awards en mayo de 2017.
En la mayor competición mundial de emprendedores
universitarios su proyecto fue el primero entre más de 700 de 52 países.
"Ahí fue cuando todos voltearon a vernos. Empezó a
llegar inversión privada y grandes organizaciones se nos acercaron para hacer
investigaciones clínicas.
Ahora nuestra colaboracion es a instituciones como la Escuela
de Medicina de la Universidad de Stanford" comenta el joven prodigio.
Aunque no ha pasado mucho tiempo, ha quedado muy atrás
cuando lo discriminaban por su edad.
"La primera vez que le llamé a un oncólogo, me colgó el
teléfono.
Me dijo que un niño no iba a decirle cómo hacer su trabajo",
dice Julián con una risa traviesa que deja escapar muy pocas veces. Casi
siempre es muy serio y profesional.
"Mi madre está muy orgullosa de mí, pero también se
preocupa. Trabajamos 14 horas al día y este emprendimiento ha tomado control de
nuestra juventud", dice.
El campo de los biosensores es tan joven que "no hay
gente con experiencia. Nosotros somos la gente con experiencia", asegura.
Aunque ahora están concentrados en la producción del sostén
EVA, con la misma tecnología Higia planea otros dos productos a más largo
plazo.
AQUILES, un tapete que ayudaría a medir el flujo de sangre
en el pie diabético y prevenir amputaciones, y ADÁN, un inserto en la ropa
interior masculina que funcionará igual que EVA para detectar el cáncer de
testículos.
"Dicen que emprender es llegar en el momento
correcto", explica Antonio Torres, jefe de tecnología de Higia. Y agrega
que hace apenas algunos años no existía la tecnología que hizo posible el
sostén, como los sensores ni el material flexible.
"Nosotros tuvimos una serie de factores que se
combinaron a nuestro favor. Nuestra edad, conocer esos materiales y querer
luchar contra el cáncer de mama", dice el joven de 21 años.
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